Hay que felicitarles, lo han conseguido. La
línea, ya es un foso, a un lado ustedes al otro el resto de la ciudadanía. Las
distancias que nos separan cada vez mayores. Y no les importa nada, y eso que dentro
de unos meses, las europeas, vendrán a buscar nuestro voto, ¿Con qué
argumentos? ¿Con qué querrán embaucar otra vez? ¿Transparencia? ¿Regeneración?
Venga ya.
Estiran y estiran, la cuerda de la paciencia con su
codicia sin límites.
Claro que no se les respeta, a ustedes a los
políticos, a los que han transformado el servicio al pueblo, por una profesión
similar a aquella que tenía Luís Candelas.
Claro que no se les respeta, porque ustedes no
han hecho el mínimo tic para hacerse de respetar.
Lo están pisoteando todo. Unos por acción y otros
que por consentir, por querer continuar arriba del machito, se han convertido
en cómplices.
Muchos de ustedes no tienen cuentas en Suiza, ni
apartamentos en Marbella o en los Pirineos, ni cuentas secretas, pero muchos de
ustedes saben de compañeros de partido, de compañeros de cargo público, que se
han enriquecido a una velocidad de pánico, pero muchos de ustedes saben de “las
mordidas” que se pegan o han pegado a infinidad de constructores, pero muchos
de ustedes conocen de cómo se han saqueado empresas públicas, pero muchos de
ustedes han estado callados, mudos, ante las tropelías que alguno de sus
conmilitones hicieron en las fenecidas cajas de ahorros, pero muchos de ustedes
contemplaron, sin pestañear, como, por ejemplo, en la Feria de Muestras entraba
tanto hormigón como cancelaban ferias.
Los ciudadanos, los que resignados pagamos
impuestos, los que costeamos todas sus equivocaciones y derroches pasados y
presentes, los que vamos a sufrir esta Crisis hasta quedarnos sin gota de
sangre, estos ciudadanos no merecemos por parte de ustedes ninguna explicación
y por favor no nos pidan ni apelen al espíritu cívico, precisamente ustedes que
están matando la ilusión que los de mi generación, pusimos en la llegada de la Democracia.
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