Ya hemos entrado en el séptimo mes del 12, y
estamos como estábamos. Muchos, eso sí, con los bolsillos secos y el
espíritu mareado y quemado.
Vemos personajes, que declaran a las diez de la
mañana una cosa, a las once lo contrario y a las cuatro, sus gabinetes de
prensa, envían una nota a los medios corrigiendo lo de las diez y lo de las once.
Aquí se dice, sin rubor, una cosa y lo contrario en menos de una hora. Ni los triunfos
de “los rojos”, ni la retirada de Pajín, ¿cómo superaremos esto?, han hecho
variar un ápice el guión de la falacia. Ellos a su bola y por aquí abajo el
personal cada día más “carioco”.
Ya no sabemos si Europa ha raptado a España o si
ha sido España quien raptó a Europa. No sabemos si Europa ha rescatado a España
del marasmo económico o si es España quien ha liberado a Europa de los brazos
de doña Angela. Hay que liar, les pillamos en mil mentiras y ellos tan
tranquilos.
Lo que está sucediendo en esta arruinada España
es increíble, la lentitud de las reformas es exasperante. Los anuncios fueron
rápidos, cada viernes un paquete, pero los paquetes han ido siempre a la misma
dirección. La reorganización de la Administración ya debería de estar en
marcha, pero no se atreven.
Se anuncia y se vuelve a anunciar, la
coexistencia de duplicidad y triplicidad de funciones, de legislación, de
normas en la Administración Central, Autonómica, Provincial y Local. Se habla,
siempre en futuro, de reducir, fusionar, Ayuntamientos, suprimir organismos
inútiles en las diecisiete administraciones autonómicas, transferir hacia
arriba o hacia abajo, las Diputaciones, reducir el número de profesionales de
la política, que los sueldos de los políticos entren en una lógica propia del
momento que vivimos.
Pero que tontos somos, ¿cómo van a recortarse
prebendas, chollos, los políticos a si mismos?
Aquí no se toca nada, salvo lo fácil, aunque se
diga que se hace con disgusto. ¿Qué se espera? ¿Qué todo se pudra? ¿Qué vengan
“los hombres de negro” a solucionarlo todo? ¿Qué nos impongan un “Monti”, dado
que tenemos los peores líderes políticos, gobierno y oposición, de la democracia?
¿Cómo no queremos que desconfíen de nosotros?
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