Una
vez que hayan transcurrido once atardeceres, otros tantos amaneceres, los
inesperados ponentazos, y las diarias apariciones de escandalosas ilegalidades,
cuando los relojes marquen las veinte horas, y dejemos que pase una hora más
para que nos alcance, en el reloj, Canarias, cuando se eche el cierre a los
colegios electorales, cuando se rasguen los precintos de las urnas, cuando se
inicie el recuento, en ese momento, luna creciente de mayo, comenzaran las
despedidas, se eclipsarán siglas que hasta creímos renovadoras, se amortizarán
nombres, y a pesar del increíble termómetro, se encenderá alguna que otra chimenea.
Y
por unos instantes, unos minutos, estaremos en calma.
Brevísima
calma que se agradece, porque los llamados “partidos emergentes”, de los que
esperábamos que trajeran algo de frescura a las aburridas campañas electorales,
han hecho ofertas con un pestazo a naftalina, los presuntos nuevos líderes, han
hecho un escapismo tras otro con propuestas que de antemano sabían imposibles,
pretender debates a cuatro, en el que se incluían ellos mientras excluían a
otros con representación no solo en las encuestas, ha sido un total brindis al
sol, un cierto toque de soberbia. Pronto se suben los humos a las cabecitas locas.
Tras
la larguísima campaña electoral, no sé a quien se le ocurrió decir que dura
quince días, tras eso, tras el machaqueo de meses y meses, minutos de silencio.
Tantos minutos cuantos minutos tarden en reaccionar los estrategas de los
partidos, los que llaman para ser las cabezas pensantes.
Las
respuestas ya están amasadas. Ya tienen preparados los argumentarios para:
victoria por los pelos, derrota en el tiempo de descuento, derrota con
revolcón. Tres son las posibilidades, ni una más, porque aquí, y ahora, no hay
quien se atreva a soñar con mayorías. Los twitters, los whatsapps, los mails,
las palomas mensajeras y hasta las fogatas y las mantas, como en las pelis de
indios, están preparados para lanzar dogmas. Los trending topic, otro
anglicismo más que va a entrar en la Academia, ya están redactados. La
infantería, preparados los teclados. ¡Oiga, que faltan aun once días!. Si,
claro que aun faltan once días, pero es que en esto, en lo de explicar
victorias y marear la perdiz en las derrotas, en esto, son muy previsores.
Los
aparatos de los partidos, algunos tienen mucha experiencia en fracasos,
iniciaran el bombardeo de lo de la “derrota útil”, que esto solo ha sido la
primera vuelta, de lo del repliegue estratégico, de los símiles con las
batallas de Alamein y las Ardenas, del ¡volveré!, de MacArthur. Dirán de todo,
menos reconocer que se han vuelto a equivocar al volver a elegir un candidato
tan blandiblu.
Se
iniciarán las conversaciones de coaliciones, pensando más en Noviembre que en
soluciones. Arrancará otra campaña electoral, la de siempre.
fmc
Publicado en Las Provincias 13 Mayo 2015
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