18 febrero 2015

EL HOMBRE QUE SUFRÍA DEMASIADO

“Alberto Fabra, proclama que el PP es ahora el partido más honrado del panorama político”.

El párrafo anterior no es un chiste, ni está sacado del Club de la Comedia, es un titular de Las Provincias el pasado domingo 15, dos días después de haberse hecho pública, la petición del fiscal de unas cuantas decenas de años de cárcel para la anterior cúpula de los populares en la Comunidad Valenciana. Lo que no nos decía el titular fue cuanto enfatizó Fabra en la palabra “ahora”, si subió el tono de voz, si hizo un guiño cómplice al auditorio, si habló con su habitual estilo monocorde plano y cuantos segundos, o minutos, de enfervorizados aplausos recibió de los presentes en el acto.

No hay que tomárselo a mal, después de estar pasando lo que está pasando, no hay que tomárselo a mal. Vamos a decir que está acumulando méritos para que de una vez por todas, el dedo designador, tan lacerante como el que le cayó a Tomás Gómez, le señale como candidato. Largo calvario el que está transitando Fabra, Alberto.

En ocasiones, pocas eso sí, hasta te pones en su sitio, y piensas la de veces que este hombre, en estos días de pasión, debe de rumiar ¿Por qué me tengo que comer el marrón, la mierda dicho en fino, que debería haber comido otro? ¿Por qué me dí tanta prisa al aceptar ser el  sustituto?¿Por qué no me leí todo lo que se publicaba entonces sobre el desmorone del castillo de naipes? ¿Me pudo la vanidad o la ambición? Si faltaba algo ¿Qué líos hay con el Ecclestone?.

Y es que estos son los guijarros del camino que lleva hasta las banderolas en las farolas. Algunos de esos carteles colgados tan altos que hacen que los candidatos pierdan, aun más, el sentido de la realidad.

Y ahora, acabo de acordarme de otra frase de Fabra, en la reseña de LP, dedicada a los que “han estado torpedeando” la Comunitat Valenciana. Tiene razón el aun President del gobierno de los valencianos, pero también tiene que reconocer que torpedos contra la imagen, la credibilidad, de la Comunidad se han lanzado a cientos, desde las ensoñaciones de los fallidos megaproyectos que se plantaron en secano y que nos han dejado tal como estamos. No quiero escribir ni “hazmerreír”, ni “desprestigio”, porque también es mi tierra, y la tierra de los que fueron tachados de cenizos, cuando alguna vez apuntaron que las mangas eran mucho más cortas que los brazos, que los bolsillos no eran infinitos.

Hitchcock, dirigió en los años treinta “El hombre que sabía demasiado”, le gustó mucho el tema al director británico, dos décadas después realizó otra versión de la misma película y repitió titulo.


Francisco Camps no debió de ver ninguna de las dos versiones, era muy joven. En el desempeño de su cargo publico en la Generalitat, no se enteró de nada, o eso dice. Pero él solo, ya merece otra película, muy larga, para asombrados e indignados.

Publicado en Las Provincias 18 Febrero 2015

No hay comentarios:

Powered By Blogger